Nosotros estuvimos ahí, durante esos angustiosos y difíciles días. Estuvimos en nuestro hogar congelándonos, sólo abrigándonos a la esperanza de un milagro divinamente humano. En lo personal me sentía como un zombie, si... en verdad sólo "existía". Como bajo el efecto de un sedante, sentíamos que nuestra alma nos había dejado existiendo sin el cuerpo.
A veces creo que todo aquello fue un montaje... la ida hasta la nieve fue el producto de un trabajo de inteligencia de la mano con los psicólogos del regimiento... nosotros como títeres fuimos a ver en la nieve cuanto tenía en maquinarias y personas para encontrar los "niños"... creo que se merecen el Oscar.

En aquella ocasión, fuimos papá, yo y el Padre Tomás. Desde Los Angeles una carabana de jeeps fueron hasta Antuco, hasta La Cortina. Nos llevó un ex marino, el viaje fui expedito y como una misión ultra secreta (ya que tuvimos que eludir la prensa)
Una vez arriba, nos equiparon y nos dieron una bolsa con cocabí. Luego nos llevaron un trecho en la oruga desde La Cortina casi hasta el Valle de la Luna. Caminamos un buen trecho y en la mano nos dieron alguna herramienta para ayudar en la búsqueda... o mejor dicho algo para sostener nuestro cuerpo de la rabia e impotencia. La oruga nos dejó y luego volvió en calidad de cafetería, para brindarnos un merecido café.









Mater dolorosa, se tu nuestro apoyo.

No comments:
Post a Comment