En un cajón encontré esta foto. Un poco dobladas las puntas, pero gracias a un programa la pude cortar. Algunos conocen bien la frase que puse como título... fue la frase que nos recordó a todos la canonización de Marcelino Champagnat, si, Marcelino, un joven sacerdote amigo de Juan Maria Vianney, fue el fundador de una humilde comunidad de religiosos que trabajan por el Reino... los Hermanos Maristas.
Bueno, aquel día fue especial, pues podríamos conocer a aquel tío que nos escribía desde Quillota, a veces desde España, desde Santiago, etc... pero una carta personalizada para cada miembro. El tío Nino, como le aprendimos a decir, fue un compañero en la Universidad de mi mamá. Desde entonces han tenido una gran amistad.Aquel día lo conocimos, nos sacamos fotos, además nos hicimos amigos con el Hno Patricio (que estuvo un tiempo acompañando a los Novicios en Cochabamba) y el incomparable Hno Isidro, con quien actualmente tenemos como familia una gran amistad.
Ahí estamos en la foto... parece que fue ayer, cuando el tío Nino decía Francisco Javier..
